Ella sintió que su pecho sangraba... se miró la camiseta, se revisó el pecho y nada. Pero ella lo sentía y todos pensaron que estaba loca, desequilibrada, que lo imaginaba...
Así que, plenamente convencida de que todo estaba en la mente y que los demás tenían la razón, se fue a dormir esa noche de lluvia y frío, y nunca más despertó.
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