martes, agosto 07, 2012

30 años de casados

Las dificultades aceleran nuestra madurez”   leyó en la puerta de aquel almacén, mientras caminaba rumbo a su casa.

Dejó las bolsas en la mesa del comedor, organizó la comida enlatada por color y tamaño, metió las frutas en la nevera, y limpió los platos de la noche anterior. Fue a la sala, se acomodó en su sillón favorito y justo cuando empezó el partido, escuchó un molesto ruido de fondo: era otra vez la cantaleta de su mujer.

Sin mediar palabra, como siempre, como el zombi en el que se había convertido, imaginó que era capaz de coger la escopeta que guardaba en la cocina y zamparle un tiro en la boca a esa mujer tan escandalosa. El solo pensamiento lo hizo feliz.

Y ganó su equipo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario