Alex estaba frente al espejo esa mañana, mirando fijamente sus ojos mientras peinaba su larga cabellera. La música de fondo inundaba toda la habitación, y ella no podía evitar cantar
♪ ♫
♪ ♫ "Ooh here she comes... Watch out boy she'll chew you up... Ooh here she comes... she's a maneater..."
♪ ♫
♪ ♫
Entonces, moviendo la cadera al ritmo de la canción, atravesó su habitación. Abrió el primer cajón de la mesa de noche, ahí no estaba. Abrió el segundo, sacó el revolver y disparó en su sien. Al otro lado de la habitación, pegado en la pared, quedó un trozo de cerebro del que también salía música...
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